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Barrio Municipal: 35 años en un punto estratégico de Pergamino
POR LOS BARRIOS

Barrio Municipal: 35 años en un punto estratégico de Pergamino

Limitado por las calles Monteagudo, José Vela, Estrada y Fullana, el complejo habitacional comprende 112 viviendas que comenzaron a ser habitadas por sus propietarios a finales de 1989.

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Limitado por las calles Monteagudo, José Vela, Estrada y Fullana, el complejo habitacional conocido como "Barrio Municipal" comprende 112 viviendas que comenzaron a ser habitadas por sus propietarios a finales de 1989, cuando el lugar no contaba aún con agua potable, cloacas ni energía eléctrica.
Situado en una zona estratégica, próximo a la Terminal de Omnibus, el Hospital San José y la Universidad del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA), la vida cotidiana del barrio está estrechamente ligada a la de esas entidades.

Edificado sobre terrenos que antiguamente pertenecieron al Hospital de Llanura; por las características de su construcción, su modelo de financiación y la época en la que fue inaugurado, el Barrio Municipal tiene características similares a los de tantos otros planes de viviendas accesibles muy difundidos entre 1945 y 1990 y que permitieron a muchos argentinos lograr el objetivo de tener una casa propia. Sin embargo, su historia no está exenta de complicaciones, ya que sólo después de una larga serie de reuniones, acuerdos, protestas y negociaciones los propietarios pudieron finalmente obtener las llaves de sus inmuebles.

La cercanía con la Terminal de Omnibus ha marcado desde siempre la vida cotidiana del barrio.

Historia
El proyecto data de 1985, fue gestado durante la intendencia del Dr. Jorge Young, y tenía como objetivo permitir que los empleados municipales pudieran acceder a una vivienda propia; se negoció para su instalación la obtención y loteo de un terreno perteneciente al antiguo Hospital de Llanura. En esa época, toda la zona estaba siendo revitalizada, en 1985 se inauguró la Terminal de Omnibus y en 1987 el HIGA San José, que pasaba de ser municipal a provincial. La presencia de un barrio de viviendas en ese lugar resultaba atractiva tanto para el municipio como para los futuros habitantes.

En un principio, se pensó en una financiación a través del Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI), que tenía en su haber la concreción exitosa de varios proyectos, pero las negociaciones no prosperaron, por lo que el proyecto quedó a cargo del entonces Banco Hipotecario Nacional. La obra quedó a cargo de la empresa Estudio Integral, de Pergamino y todo el complejo quedó diseñado bajo un sistema de propiedad horizontal, ya que el frente de las viviendas no alcanzaba la longitud mínima para ser consideradas propiedades individuales.

Hacia 1987 comenzaron las obras pero luego, en el marco de una crisis económica y problemas presupuestarios, se produjo una serie de inconvenientes en el avance de las edificaciones, lo que generó largas negociaciones, entre el banco, la empresa constuctora y obviamente los vecinos que, después de infinitas reuniones, notas periodísticas, reclamos ante las autoridades y protestas públicas, finalmente recibieron las llaves de sus inmuebles hacia fines de 1989, sin final de obra y sin suministro de agua potable ni electricidad.

La calle Fullana separa al barrio del predio del HIGA San José.

Si bien los terrenos que ocupan tienen distintas dimensiones, las casas son todas iguales y tienen las mismas comodidades; dos plantas con cocina, comedor y baño en la planta baja y tres habitaciones en el piso superior. 

Desde entonces, muy próximo a cumplir 35 años, el barrio no ha parado de crecer y evolucionar, con el tiempo y las sucesivas intendencias llegaron la electricidad en 1990, el gas natural en 1994 y más adelante el agua potable, las cloacas y el pavimento en las calles Fullana y Rivadavia. Además de la inauguración en 2006 de la sede Pergamino de la UNNOBA, que cambió y revitalizó la vida de la zona con la presencia a toda hora de estudiantes, docentes y asistentes. 

Los vecinos
En diálogo con www.diarioucleo.com Alicia, Roberto y Rosario, tres de los vecinos más antiguos del barrio Municipal, que participaron tanto de la concreción del proyecto como de las negociaciones que culminaron con la entrega de las viviendas, contaron su experiencia como habitantes de la zona y dieron un panorama sobre la situación actual del complejo habitacional.  

Primeras épocas
"Somos pocos los vecinos de la primera época que quedamos viviendo acá" señala Roberto, "en estos 35 años casi todas las casas cambiaron de dueño o de habitante".
"Yo formo parte de este proyecto desde su nacimiento" interviene Alicia y agrega "es de la época en que yo formaba parte de la Comisión del Sindicato de Municipales. La idea fue que se necesitaban 100 viviendas. Y en ese momento el secretario Juan Bautista Lombari, tuvo la idea de hacer el barrio, aprovechando parte de los terrenos del Hospital de Llanura, que estaban en un estado casi total de abandono".
"Es más, en la identificación del barrio hay sectores que están sobre ciertas losas que aparentemente pertenecían a los sótanos de aquel  hospital" agrega Roberto y cuenta que "la inauguración del barrio fue bastante tortuosa, porque hubo muchos inconvenientes para su edificación y no se llegaba a terminarlo, hubo problemas con gente en la línea intermedia del Banco Hipotecario y la empresa constructora. Y estuvimos prácticamente dos años con la obra casi terminada pero sin poder avanzar".
"También hubo al principio una lucha por el tema de la falta de servicios, que directamente no había" menciona Rosario "era bastante raro porque las casas tenían la instalación completa para agua y electricidad pero el barrio no contaba con esos servicios" continúa "así que traíamos bidones desde la Terminal, escuchábamos radio a pilas y nos alumbrábamos con linternas y ‘soles de noche’, al principio fue bastante duro" remarca "pero nos quedamos porque había otros barrios de la misma operatoria que este al que ya habían entrado ladrones y les habían robado los sanitarios, cables, grifería, o habían ocupado las casas. Así que para evitar eso, nosotros decidimos instalarnos en nuestras casas y estuvimos casi nueve meses sin luz" recuerda y agrega "una vez que llegó el suministro eléctrico pudimos poner en marcha las bombas del tanque del barrio, asi que también tuvimos agua y eso cambió todo".
"El problema principal tiene que ver con el hecho de que supuestamente el tendido eléctrico iba a ser subterráneo" añade Roberto "el Banco Hipotecario decía que había pagado esos cables a Estudio Integral pero la empresa nunca lo instaló; así que llegamos después a un acuerdo con la intendencia y se empiezan todas las tratativas, viajando incluso a la ciudad de La Plata para que nos hicieran, aunque sea, un tendido áereo, que es el que tenemos hoy en día y que genera problemas estéticos y de deterioro que, de ser subterráneo no existirían" señala. 

El fracaso de no poder constituir un consorcio
"Hace 35 años, cuando nos mudamos, las casas eran todas iguales, hoy no hay dos casas en el barrio que lo sean"  dice Rosario "esto figura en sus planos originales como propiedad horizontal. Y debido a los problemas que tuvimos con la entrega de las viviendas, nunca pudimos armar el consorcio, que sería la entidad que hoy tendría que decidir si querés modificar un frente, un fondo, una ventana, etc".
"La evolución del barrio fue medio anárquica" comenta Alicia “cada uno modificó su casa a su gusto, la pintó del color que quiso, le cambió las aberturas y , en ciertos casos, invadieron la línea municipal" remarca y agrega que "como nunca se pudo llegar al armado del consorcio, que hubiera sido positivo para regular esas cuestiones, todo se debió a los retrasos y problemas que tuvimos con la entrega del barrio".
"Antiguamente, la medida de frente requerida para cualquier casa habitación era de 8,66 metros y estas casas tienen cinco metros de frente, es por eso que el barrio se toma como propiedad horizontal" explica Alicia.
"Como pasa con todas las cosas, los que estaban al frente se cansaron un poco de la gente y fueron perdiendo las esperanzas de poder organizarse" menciona Rosario y agrega que "de hecho el consorcio no se pudo formar porque nunca nos mandaron el reglamento de copropiedad que necesitábamos, a pesar de haberlo solicitado varias veces. Es decir que hoy aquí en este barrio no hay una dirigencia que pueda considerarse como comisión de fomento o consorcio. No tenés absolutamente nada" se lamenta.
Consultada por Diario Núcleo sobre la manera en la que los vecinos se organizan en el momento de hacer un reclamo Rosario explica que "se realiza directamente de forma individual o por ahí juntamos alguna firma de los vecinos y la presentamos, cuando se trata de algo más importante”.
Preguntada sobre la posibilidad de constituir el consorcio en la actualidad, Rosario confiesa "concluyo que a esta altura no, además quedan muy pocos de los vecinos originales, muchas de las casas hoy están alquiladas, cosa que no se podía haber hecho porque supuestamente estaban destinadas a ser vivienda única. Pero con los años, la gente las terminó de pagar y muchos han vendido o han alquilado las viviendas. O sea que hoy ya no creo que se pudiera formar ese consorcio" concluye. 

Hospital, Terminal y UNNOBA
“Desde siempre, la vida del barrio estuvo marcada por la cercanía con el Hospital San José y la Terminal de Ómnibus" cuenta Alicia "y desde hace 18 años también tenemos la UNNOBA; que cambió radicalmente la vida en la zona. A todas horas se ven estudiantes, docentes, alumnos, tránsito de vehículos, más comercios, e inclusive muchos jóvenes de otras localidades alquilaron algunas casas acá en el barrio, lo veo como algo muy positivo. Antes, done hoy está la UNNOBA, había solo un esqueleto de hormigón armado que estuvo décadas abandonado, oscuro, lleno de malezas y suciedad, hoy es un lugar muy lindo y luminoso, con gente yendo y viniendo a toda horas"  comenta.
"Veo también que vienen a la plaza del barrio a comer algo, a tomar mate, a repasar algún texto, es bueno eso porque le da vida al barrio y a nosotros nos parece bárbaro que lo aprovechen" agrega Roberto.

La inauguración de la sede Monteagudo de la UNNOBA, en 2006, cambió por completo el ritmo del barrio.

El problema del agua
"Hace alrededor de 30 años, cuando se realizó el llamado 'Plan Piloto de Agua Sur', en la intendencia de Alcides Sequeiro, tuvimos agua de red: es decir, el sistema de agua del barrio quedó conectada a la red de agua potable municipal, ya que antes la extraíamos de una perforación y con eso llenábamos el tanque. En un principio eso fue un alivio pero el problema es que Pergamino ha crecido notablemente. No solamente esta zona y la demanda sobre el servicio es superior" menciona Rosario y agrega que "el problema más grande que tenemos es con el tema del agua porque nosotros tenemos el tanque nuestro que cuando vino la red de agua potable, el tanque se llenaba con el servicio de la red y servía como reservorio y nos aseguraba además la presión en todas las casas para los calefones y los termotanques. Además había una cisterna subterránea con una bomba elevadora y todo lo demás" detalla y agrega "el tema es que desde hace creo que diez años el tanque está anulado porque tiene filtraciones, así que cada vez que hay baja presión tenemos problemas" señala. 
"Esa bomba elevadora se rompió y supuestamente, por lo que me dijo gente de Obras Sanitarias, está almacenada y la iban a venir a colocar. Lo último que supe es que no habían venido a hacer eso porque hay una filtración de un caño o algo así y tienen que arreglar algo en el tanque, pero que ese arreglo no entró en el presupuesto municipal" interviene Roberto y agrega "no sé si el intendente sabe que existe este barrio acá, pero bueno, hasta la intendencia de Gutiérrez, cuando solicitábamos algo al menos nos daban cierta bolilla, pero hoy no" remarca.
"En las últimas elecciones estuvo presente gente de la intendencia, inclusive vino el candidato a concejal Ignacio Maiztegui y le comentamos de nuevo lo del tanque, prometió ocuparse pero hasta ahora seguimos en la misma, en la dulce espera" agrega Rosario "además el servicio de agua directamente es pésimo, el agua sale con tierra, no es solamente un problema de presión, sino también de calidad. Muchas veces, al abrir la canilla el agua sale blanca de la cantidad de sales o sarro que tiene. Ellos te dicen que no es tóxica, pero a nadie le gusta cocinar o bañarse con agua con tierra o teñida de blanco" menciona.

Hace algunos años, el tanque de agua presentó filtraciones y fue anulado, los vecinos piden su reparación y puesta en funcionamiento.

Seguridad e higiene.
"Con la cercanía de la UNNOBA, la buena iluminación, el tránsito permanente y la vitalidad que tiene el barrio podemos considerarlo seguro" comenta Alicia, consultada sobre el particular.
"Además, tenemos la suerte de que como las casas están tan próximas nos ayudamos entre los vecinos. No hemos tenido hasta el momento la necesidad de instalar cámaras, ni alarma vecinal, ni grupos de whatsapp, un golpecito en la pared y listo, estamos comunicados" agrega Rosario, entre risas.

Respecto de la higiene, en líneas generales los vecinos consultados por Diario Núcleo se mostraron confomes con el servicio de recolección de residuos y barrido de calles, aunque Alicia remarcó que "desde la colocación de los contenedores, lunes, miércoles y viernes, los retiran y vacían. El problema es que no los desinfectan nunca y muchas veces es insoportable el olor que emana de los mismos. Además de que algunos vecinos dejan el contenedor abierto o tiran allí cualquier cosa”.  

Ocupando aproximadamente dos tercios de una manzana, sobre las calles Fullana y Rivadavia, se encuentra la Plaza de los Municipales, que durante la gestión de Javier Martínez fue totalmente acondicionada, con la construcción de veredas, mesas y bancos, y la instalación de juegos infantiles: "La plaza se ve muy bien, con el césped cortado, con los juegos en condiciones, creo obedece a la política de la actual intendencia de mantener en condiciones todo lo que se ve. Esto no es una queja en cuanto a la plaza, al contrario, es un lugar que años atrás había sido blanco del vandalismo y el abandono, inclusive hubo gente que destruyó las comodidades que se habían instalado. Además la han iluminado, la mantienen con el pasto corto, todo bárbaro. Es un muy lindo lugar que aprovechan chicos y grandes, sobre todo en estos días en los que empieza a haber buen clima" señala Roberto. 

La Plaza de los Municipales, ubicada en el corazón del barrio, ofrece un aspecto prolijo y cuidado.

Tránsito
Al estar próximo a entidades tan importantes y concurridas, el tema del tránsito se vuelve una cuestión inevitable al analizar la situación actual del barrio: "el tránsito es complicado" señala Alicia con contundencia "sobre todo en las esquinas como Monteagudo y Vela o  Monteagudo y Fuyana, como que la gente tampoco respeta mucho las manos de las calles. En Vela, sobre todo, desde la terminal hasta la avenida Ernesto Illia, por ejemplo, es directamente un desastre porque, siendo una calle de mano única, son muchos los que transitan de contramano" comenta y agrega que "de hecho, cuando estuvo Ignacio Maiztegui, un vecino pidió algún tipo de medidas como lomos de burro o tal vez un semáforo y él tomó nota. Yo no sé si eso sirve o no, porque esta calle de acá (refiriéndose a Fullana) hubo un tiempo que la usaban para hacer picadas de motos, afortunadamente ahora eso se ha cortado pero de todos modos hay una nota presentada ante el Concejo Deliberante solicitando la colocación de un lomo de burro sobre calle Fullana entre Estrada y Rivadavia y otro entre Rivadavia y Monteagudo".

Convivencia
Consultados sobre la relación entre los vecinos del Barrio Municipal, tanto Alicia como Roberto y Rosario fueron coincidentes en afirmar que es un vecindario tranquilo con buena relación entre los habitantes: "Como en todos los barrios, siempre hay algún problema a tener con uno o con otro, pero bueno, la mayoría de las veces se puede hablar y solucionarlas sin que pase a mayores" resume Rosario mientras Roberto aporta que "la verdad es que antes el diálogo era mayor porque en el proceso de la lucha por obtener las casas, que nosotros, claro, nos manejamos mucho por asambleas y llegamos a realizar hasta doce en una misma semana, fuimos tejiendo ciertos vínculos que iban casi un poco más allá del vecino. Ibamos conociendo nuestros problemas y entonces se hacía más fácil entender hasta los humores de la gente. Llegó un momento en que los conocíamos todos. Eso no ocurre en la actualidad porque ha cambiado mucho la composición del barrio".
"Hubo una época en la que todos los vecinos nos comprometíamos en el manteniminto de los espacios comunes " recuerda Rosario "no teníamos luz, no teníamos consorcio, no teníamos nada, pero sí entendíamos que todo lo que es comunitario como las veredas, las sendas peatonales y todo lo demás, era un espacio común de los vecinos. Entonces el mantenimiento de eso, igual que cortar el pasto acá en la plaza o limpiar el tanque de agua en un principio, eran cuestiones de las que nos encargábamos los propios habitantes del barrio" remarca y añade que "hoy es como que la gente cree que la veredita que vos tenés en tu casa te corresponde a vos y no tiene nada que ver con el vecino pero es una cuestión muy actual más que del barrio en sí”

Quedarse en el barrio
Preguntados por Diario Núcleo, los tres vecinos consultados coincidieron en su intención de seguir viviendo en el barrio: "con todo lo que nos costó poder estar en esta casa, yo siempre digo que a la casa no la vendo y no me voy a ir del barrio. Tengo vecinos que son amigos y nos unen también otras cosas. Son casitas que dentro de todos son bastante cómodas, y están bien hechas, con la única desventaja de las escaleras para cuando uno se va poniendo más grande" dice Roberto.
Alicia es determinante en esa cuestión "yo no me iría" asegura “me gusta el barrio, es cómodo, me gusta la ubicación de mi casa y tengo cerca todos los comercios que necesito para abastecerme, me gusta el movimiento que genera la UNNOBA y estar cerca de los vecinos, a los que conozco desde hace tanto tiempo" comenta.
Por último, Rosario afirma que "es un barrio donde todavía te podés sentar afuera a tomar mate. En muchos otros lugares no lo podés hacer".

Alicia, Rosario y Roberto, tres de los vecinos más antiguos del Barrio Municipal.

 

 

 

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